¿Esa barriga es de cerveza o hay otro problema?

En el Congreso están cocinando un proyecto para que las embarazadas no puedan beber ni un sorbito de alcohol. Con apoyo de 30 legisladores, el diputado Juan José Rojas lidera esta propuesta que busca multar, "reeducar" y hasta llevar a rehabilitación a las mujeres que consuman alcohol durante el embarazo. La meta es reducir el síndrome de alcoholismo fetal, pero la estrategia suena más a vigilancia que a apoyo.

¿Plan de salud o control total?

El proyecto tiene más incógnitas que respuestas. ¿Cómo harán para monitorear el consumo de alcohol en mujeres embarazadas sin invadir su privacidad? Según el plan, cualquier mujer embarazada sorprendida tomando será enviada a un programa de educación obligatorio, como si fuera castigo. Y si es reincidente, entonces toca rehabilitación. Una supervisión que más bien parece de película.

¿Y qué pasa con los bares?

Los bares y colmados también están en la mira. Si venden alcohol a embarazadas, se arriesgan a multas de hasta 50 salarios mínimos y, si reinciden, podrían enfrentar el cierre definitivo. Esto implicaría que los bartenders y encargados tendrán que afinar sus "habilidades de detección", porque cualquier error les podría costar caro.

¿Todo esto por las cifras de alcohol en RD?

Los legisladores argumentan que, según datos de la OPS y OMS, la RD está entre los países con mayor consumo de alcohol en la región. La solución: concentrarse en las embarazadas como grupo vulnerable. Pero la pregunta es, ¿será esta la primera de muchas normas para regular el comportamiento personal? Hoy es el alcohol; ¿mañana, qué hábito será el siguiente en la lista?