Y colorín colorado, así quedó todo arreglado

Ni los mismísimos Hermanos Grimm podría haber escrito un cuento de terror tan increíble como el que montó el régimen de Maduro después de las elecciones en Venezuela. Tras más de tres semanas de drama, que comenzaron con una visita de Nicolás al Tribunal Supremo para pedir que revisaran todo el proceso electoral, ya tenemos el desenlace esperado.

¿Cuál fue el desenlace?
Como todos anticipaban, el Tribunal ratificó los resultados, declaró a Maduro como el "ganador", y cerró el caso sin mostrar ni una sola acta. Mientras tanto, la oposición ha publicado más del 80% de las actas, que han sido verificadas por varios países e instituciones. Pero para rematar, el tribunal decidió investigar al candidato opositor, Edmundo González, acusándolo de falsificar actas y otros delitos.

Maduro y su cuento sin fin
Maduro consiguió lo que quería desde el principio: darle una apariencia de legitimidad a las elecciones, con la ayuda de un tribunal "independiente" que confirmó los resultados. Aunque sabemos que este tribunal forma parte del régimen, eso es lo de menos. La oposición seguirá gritando, pero la realidad es que Maduro no se va a mover de su puesto, al menos no por medios democráticos y convencionales.